
Bueno, bueno, bueno, bueno, esta vez nos dirigimos a Inglaterra, en concreto hasta Yorkshire, y claro esta, si la ciudad tiene nombre de perro, ¿que podemos esperar de las camisetas del club?. Al contrario de lo que pueda parecer, esta ciudad no ha sido arrasada por ninguna catástrofe nuclear, megamaremoto, ni por un Godzilla antediluviano herido, para que sus habitantes tengan que jugar fútbol con pieles de tigre de Bengala recién cazado. Ni siquiera "Bonus" es la empresa que explota las pinturas rupestres de Atapuerca, además, solo duraron publicitándose en el club, una temporada, exactamente en la que les gastaron esa broma que podéis ver en la foto, después, tan solo una tal "Pepis" ha tenido huevos a patrocinarlos. Hasta Marti, el chico de regreso al futuro, con todo lo que lleva vivido, se habría arrancado los pelos de las narices escandalizado aun a pensar de que esta guisa la hubiera visto en los años 80 y el que vistiera así fuera un proxeneta camello bailando reggae navaja en mano en una discoteca afroamericana. Se conoce al presidente del Hull City Fc como precursor de la frase ¡oh my god!. Se dieron hechos inéditos como el festejar los goles tirando la camiseta al público, y que esta volviera a la cabeza del jugador, arropando un ladrillo y en décimas de segundo, u otros casos, como tener que jugar siempre con camisetas nuevas porque en la lavandería se las cargaban intentando quitarle las manchas; varias lavanderias quebraron. Solo se vendieron tres camisetas, recientemente y tras años de largas investigaciones se han podido localizar las tres, una en la casa de Sara Montiel, otra dentro de una jaula en un zoo con una montaña de pienso acumulado al lado y otra dentro de una olla caníbal en la Polinesia, lo que ademas reabre el caso del futbolista ingles perdido hace veinte años.
Año: 1.992 d.c. Equipo: Hull City fc, que debe significar, la ciudad de los burros, pues solo se conocen dos Hull, este equipo y la masa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario